“¿Sabes por qué lloras? A causa de qué languideces?
¿Sabes qué es aquello por lo cual has hecho duelo en el fondo de todos tus duelos?
No es por algo que hayas perdido hace apenas algunos años.
Nadie podría decir exactamente cuándo estuvo aquí, ni cuándo se fue.
Pero es algo que existe, que está en ti. Tú marchas en busca de un mundo mejor y de un tiempo más bello”.
*
Y es cierto. Esa nostalgia inexplicable, de no sentirse a gusto en la propia piel, o existencia. O ir descubriendo el tamaño cada vez más grande de las prisiones que nos reducen. Es eso, una extraña melancolía de sentir algo perdido y no saber qué.
Lo hermoso del asunto es que, no obstante ir arrastrando esa nostalgia vieja, seguimos caminando optimistas o pesimistas, pero caminando igual. Hay algunos a quienes ese lastre les pesa demasiado y claudican. Yo no creo en eso. En claudicar.
Seré honesto. Jamás había leído este poema (o fragmento) hasta esta mañana. Tuve, hace unos días, un pequeño intercambio de ideas con mi hermana, entre otras cosas hablamos sobre el olvido y la necesidad de disfrutar un presente cierto. Tampoco había leído nada de Hölderling, pero ojeando cosas en twitter me topé con un artículo de "el espectador" acerca de Etanislao Zuleta, el filósofo medellinense; en este mencionaban este fragmento como una pieza literaria muy preciada por el, y obviamente la citaron, y quede prendido de ella. Oportuna y bella. Una pequeña casualidad.